¿QUIÉN ES JESÚS?
Jesús es el Hijo de Dios

Es cierto: Dios nos convierte en Hijos de Dios en el momento del perdón. Es decir, al momento de rendir nuestra voluntad a Cristo en arrepentimiento, aceptando que su sacrificio es suficiente para pagar por nuestro pecado. La Palabra de Dios dice que en este instante, somos adoptados por Dios. Somos hijos especiales para el Señor, amados y albergados para siempre en Cristo. Aún así, cuando el Señor se refiere al Hijo de Dios en Jesús, es un tanto diferente a sus hijos redimidos. Jesús es UNICO. Jesucristo es el UNIGENITO Hijo de Dios quien existe desde siempre en el Padre y por Él todo en el mundo fue creado.

Colosenses 1:16-17
Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él.
Él es anterior a todas las cosas, que por medio de él forman un todo coherente.

Jesús, el Hijo de Dios, es la segunda persona el la trinidad de Dios y El es la poderosa expresión del amor de Dios hacia la humanidad.

Juan 3:16
Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

El sumo sacerdote no podía creerlo :

Mateo 26:63
Pero Jesús se quedó callado. Así que el sumo sacerdote insistió: —"Te ordeno en el nombre del Dios viviente que nos digas si eres el Cristo, el Hijo de Dios."

Pero los demonios lo reconocían:

Mateo 8:29
De pronto le gritaron: — ¿Por qué te entrometes, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a atormentarnos antes del tiempo señalado?—

Sus discípulos lo sabían :

Mateo 14:33
..Y los que estaban en la barca lo adoraron diciendo: — "Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios."

Dios mismo lo confirmó:

Marcos 1:10-11
En seguida, al subir del agua, Jesús vio que el cielo se abría y que el Espíritu bajaba sobre él como una paloma. También se oyó una voz del cielo que decía: “ Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo.”


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Jesús es la Palabra de Dios

Al ser Dios perfecto, se puede deducir con seguridad que cada una de sus palabras es perfecta. La Biblia es la Palabra escrita de Dios y dice que Jesús es la Palabra viva de Dios que vino desde el cielo a vivir entre los hombres:

Juan 1:1
Antes de que todo comenzara ya existía aquel que es la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y era Dios.

Juan 1:14
Aquel que es la Palabra habitó entre nosotros y fue como uno de nosotros. Vimos el poder que le pertenece como Hijo único de Dios, pues nos ha mostrado todo el amor y toda la verdad.

¡La Palabra de Jesús contiene VIDA!

Juan 5:24
“Ciertamente les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida.

Juan 6:63 [habla Jesús]
“El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida.”

Juan 8:51
“Ciertamente les aseguro que el que cumple mi palabra, nunca morirá.”

Jesús explicaba cosas por medio de palabras, y cada una de ellas proviene de Dios Padre:

Marcos 4:33
Y con muchas parábolas semejantes les enseñaba Jesús la palabra hasta donde podían entender.

Juan 12:49
“Yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió me ordenó qué decir y cómo decirlo.”

Necesitamos FE para salvarnos. La fe viene por medio de las palabras de Jesucristo:

Romanos 10:17
Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.


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Jesús es la Imagen de Dios

Jesús es la imagen perfecta del Padre, reflejada en El para nosotros (pues Dios es invisible). Jesús tiene el resplandor de la gloria propia de Dios en El.

2 Corintios 4:4
El dios de este mundo ha cegado la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

Colosenses 1:15-20
Él [Jesús] es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación,
porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él. Él es anterior a todas las cosas, que por medio de él forman un todo coherente.
Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de la resurrección, para ser en todo el primero. Porque a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz.

Hebreos 1:3
El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de lo que él es, y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas.

Jesús dice que verlo a El es ver al Padre:

Juan 14:9
“—¡Pero, Felipe! ¿Tanto tiempo llevo ya entre ustedes, y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decirme: 'Muéstranos al Padre'? ”


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Jesús es el Amor de Dios

Jesús no sólo sufrió el castigo en su vida por nosotros sino que está siempre intercediendo a nuestro favor! Jesús es nuestro intercesor.

El intercesor está con Dios y es quién nos protege del acusador, abogando siempre en nuestra defensa, porque la vida de los que pertenecen a Jesús está escondida con El en su propia vida.

1 Juan 2:1
Mis queridos hijos, les escribo estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo.

Colosenses 3:1-3
Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios.
Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra, pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios.

Romanos 8:33-39
¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica.

¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros.

¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero."

Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

A través del libro de Job (escrito mas de 800 años AC) vemos al Redentor actuando como su intercesor y fiel amigo...

Job 16:19-21
Ahora mismo tengo en los cielos un testigo; en lo alto se encuentra mi abogado. Mi intercesor es mi amigo, y ante él me deshago en lágrimas para que interceda ante Dios en favor mío, como quien apela por su amigo.

Job 19:25
Yo sé que mi redentor vive, y que al final triunfará sobre la muerte


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Jesús es Dios

Dios dice a través del evangelio escrito por Juan, que desde el principio de todas las cosas, la Palabra (Jesús) existía y estaba con Dios y la Palabra (Jesús) es Dios:

Juan 1:1
Antes de que todo comenzara ya existía aquel que es la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y era Dios.

Tomás llamo a Jesús «Mi Dios»; si esto no fuera cierto, Jesús no habría aceptado este nombre sin reprender o corregir a su discípulo... (podemos ver como reprendió a Pedro en Marcos 8:33)

Juan 20:28
—¡Señor mío y Dios mío! —exclamó Tomás.

Jesús tiene títulos, nombres y atributos que sólo le pertenecen a Dios. Esto es porque El es Dios:

Toda rodilla se doblará ...

Romanos 14:11
Está escrito: "Tan cierto como que yo vivo —dice el Señor—, ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua confesará a Dios." [Isaías 45:23]

Filipenses 2:10
...para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra...

Rey de reyes y Señor de señores :

1 Timoteo 6:14-16
...que guardes este mandato sin mancha ni reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo,
la cual Dios a su debido tiempo hará que se cumpla. Al único y bendito Soberano, Rey de reyes y Señor de señores, al único inmortal, que vive en luz inaccesible, a quien nadie ha visto ni puede ver, a él sea el honor y el poder eternamente. Amén.

Apocalipsis 19:16
En su manto y sobre el muslo lleva escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

Cuando Moisés preguntó cual es el nombre de Dios, el Señor le respondió «YO SOY»

Exodo 3:13
Pero Moisés insistió: Supongamos que me presento ante los israelitas y les digo: El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes. ¿Qué les respondo si me preguntan: ¿Y cómo se llama?

Yo soy el que soy respondió Dios a Moisés. Y esto es lo que tienes que decirles a los israelitas: "Yo soy me ha enviado a ustedes".

Juan 8:58 [habla Jesús]
“—Ciertamente les aseguro que, antes que Abraham naciera, ¡yo soy!”

Solamente Dios posee la Verdad absoluta - Jesús no solo hablaba en posesión de la Verdad, sino que ensaña que EL es la Verdad:

Juan 14:6
Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.”

Dios no dará su gloria a ningún otro ser excepto a El mismo:

Isaías 42:8
“Yo soy el Señor; ¡ése es mi nombre! No entrego a otros mi gloria, ni mi alabanza a los ídolos.”

Juan 17:5 (Jesús habla..)
Y ahora, Padre, glorifícame en tu presencia con la gloria que tuve contigo antes de que el mundo existiera.


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Jesús es el Cordero de Dios

Juan 1:28-29
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del río Jordán, donde Juan estaba bautizando.
Al día siguiente Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: "¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!"

¿Porqué es Jesús nombrado «el Cordero de Dios»?
Esto tiene raíz en pecado y sacrificio, y puede explicarse mejor si comenzamos por las palabras de Dios para los Israelitas en el Antiguo Testamento.

El pecado es de los hombres. Pecado es el nombre asignado por Dios a todo lo que el desaprueba. El pecado puede ser en forma de acción física, pensamientos, aspiraciones o palabras habladas. El pecado separa al hombre de Dios porque la santidad de Dios no puede mirar al pecado. Dios castiga al pecador.

Isaías 13:11
Castigaré por su maldad al mundo, y por su iniquidad a los malvados.

Es la justicia de Dios quien demanda que el pecado sea castigado, de modo que ningún pecado puede escapar condena. Dios nos ha grabado una huella del concepto de su justicia en nuestra naturaleza humana y podemos comprobar esto por nuestra tendencia natural de castigar o disciplinar el abuso o malas acciones que causan daño a personas. Incluso por la convicción de nuestra conciencia en merecer castigo por faltas propias.

El Antiguo Testamento expone claramente que es imposible rescatarse del merecido castigo (por faltar a la ley de Dios) por esfuerzo o acciones propias - ningún hombre (o mujer) puede jamás lograr salvarse o salvar a otro por obra propia, pues el precio está fuera de nuestro alcance.

Salmos 49:8-9
Nadie puede salvar a nadie, ni pagarle a Dios rescate por la vida. Tal rescate es muy costoso; ningún pago es suficiente. Nadie vive para siempre sin llegar a ver la fosa.

Estos serían versos que causarían desesperación.., en cambio, mas adelante el mismo Salmo señala donde está la esperanza para lograrlo; la certeza de la intervención poderosa de Dios:

Salmos 49:15
Pero Dios me rescatará de las garras del sepulcro y con él me llevará.

Es solo la gracia de Dios la que provee la forma de escapar el castigo. Su plan es perfecto pues:

  • no contradice Sus palabras ni Sus leyes
  • no anula la justicia (la maldad no queda sin castigarse)
  • corresponde perfectamente a Su naturaleza de bondad, misericordia y amor
  • y aún así... nos ofrece al mismo tiempo un cambio de destino - desde un destino de muerte (por el pecado cometido) a un destino de vida nueva y plena (por su plan de Salvación)

Sacrificio es el medio por el cual Dios quita el pecado de un hombre (o mujer) para acercarlos a Él nuevamente. Como todo perpetrador de pecado DEBE ser castigado, Dios proporcionó un plan supremo para castigar el pecado en una forma suprema de amor. El plan de Dios nos SALVA del castigo; es un plan de Sacrificio por el cual nos hace limpios en su PERDON.

El concepto de Sacrificio comenzó mucho tiempo atrás:
El concepto de sacrificio no es fácil de entender.. incluso hoy en día millones de personas no entienden como nos trae beneficio incalculable. Dios tuvo que enseñarle a la humanidad la forma en que funciona, y comenzó por escoger a Abraham y prometiéndole que su descendencia numerosa formaría la nación Israelita. No existía el pueblo Judío antes de Abraham, Dios escogió a éste pueblo para revelarse hacia el mundo, preparándolos para recibir al Mesías.

En los comienzos de la historia de Israel, cuando el pueblo Judío fue prisionero de los Egipcios, Dios dio orden a los Israelitas de matar un cordero para salvarse de una catástrofe que El mismo causaría a los Egipcios en favor de su pueblo escogido.

(Exodo 12:21-24 RSV)
“Convocó entonces Moisés a todos los ancianos israelitas, y les dijo:
— Vayan en seguida a sus rebaños, escojan el cordero para sus respectivas familias, y mátenlo para celebrar la Pascua.

Tomen luego un manojo de hisopo, mójenlo en la sangre recogida en la palangana, unten de sangre el dintel y los dos postes de la puerta, ¡y no salga ninguno de ustedes de su casa hasta la mañana siguiente!

Cuando el Señor pase por el país para herir de muerte a los egipcios, verá la sangre en el dintel y en los postes de la puerta, y pasará de largo por esa casa. No permitirá el Señor que el ángel exterminador entre en las casas de ustedes y los hiera.

Obedezcan estas instrucciones. Será una ley perpetua para ustedes y para sus hijos.”

Así comienza la idea del sacrificio. Dios en la práctica, mostró la idea de salvación por intermedio de la sangre ajena (de un cordero) protegiendo así a su pueblo.

El plan de Dios, entonces, partió en el Antiguo Testamento con la sangre del cordero pascual. Efectivamente, el castigo de Dios pasó por alto las puertas marcadas con la sangre del cordero, durante el cautiverio del pueblo Judío en Egipto. Este acontecimiento se continuaría celebrando una vez cada año a partir de ese día, siguiendo instrucciones de Dios. Hasta el día de hoy es el «Día del Perdón» (o el «día de las expiaciones») para el pueblo Judío.

Junto con las tablas de la Ley, Dios le dio al pueblo Israel (después de liberarlos de Egipto) una forma de limpiar sus pecados: el pueblo confesaría sus faltas a la ley de Dios con un animal (sin fallas físicas), luego el animal sería degollado en su lugar y así los hombres serían justificados.

Levítico 17:11
Porque la vida de toda criatura está en la sangre. Yo mismo se la he dado a ustedes sobre el altar, para que hagan propiciación por ustedes mismos, ya que la propiciación se hace por medio de la sangre.

Hebreos 9:22
De hecho, la ley exige que casi todo sea purificado con sangre, pues sin derramamiento de sangre no hay perdón.

En éste sacrificio se revelaba la clave del magnífico plan del Padre, en la forma de un intercambio: la vida del animal inocente era transferida a la gente y la vida impura de la gente era transferida al animal. Esto ocurría por mandato divino.

Al ser Dios inmutable y eterno, Su método de redención nunca cambia. Así también los creyentes de hoy, son redimidos exactamente de la misma forma, es decir por la sustitución y la sangre. Sólo hay una gran diferencia: en el Nuevo Pacto que ofrece Dios en el Mesías, la sangre del sacrificio es la propia sangre de Dios en su Hijo Jesús. El ritual del sacrificio del Antiguo Pacto (A.Testamento) era una introducción a lo que había de venir.

EL ÚLTIMO SACRIFICIO:

Esta vez no es un cordero del mundo, sino que
es El Cordero de Dios, Jesucristo quién muere en nuestro lugar en el último y sublime sacrificio.
Es ÉL quién es castigado haciendo suyos todos los pecados del mundo. Su Sangre inocente es tan preciada, única, y de tan alto valor, que cubre absolutamente toda la humanidad desde el comienzo del mundo hasta el último día. Nada que agregar, su sangre es suficiente para pagar el perdón absoluto.

Hebreos 10 (NVI)
El sacrificio de Cristo,
.....¡ una vez y para siempre !

La ley es sólo una sombra de los bienes venideros, y no la presencia misma de estas realidades. Por eso nunca puede, mediante los mismos sacrificios que se ofrecen sin cesar año tras año, hacer perfectos a los que adoran. De otra manera, ¿no habrían dejado ya de hacerse sacrificios? Pues los que rinden culto, purificados de una vez por todas, ya no se habrían sentido culpables de pecado. Pero esos sacrificios son un recordatorio anual de los pecados, ya que es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados.

Por eso, al entrar en el mundo, Cristo dijo: "A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas; en su lugar, me preparaste un cuerpo; holocaustos y expiaciones no fueron de tu agrado.

Por eso dije: Aquí me tienes Primero dijo: "Sacrificios y ofrendas, holocaustos y expiaciones no te complacen ni fueron de tu agrado" (a pesar de que la ley exigía que se ofrecieran).

Luego añadió: "Aquí me tienes: He venido a hacer tu voluntad." Así quitó lo primero para establecer lo segundo.

Y en virtud de esa voluntad somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo de Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre.

Todo sacerdote celebra el culto día tras día ofreciendo repetidas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. Pero este sacerdote, después de ofrecer por los pecados un solo sacrificio para siempre, se sentó a la derecha de Dios, en espera de que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.

Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando.

 También el Espíritu Santo nos da testimonio de ello. Primero dice:

"Éste es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en su corazón, y las escribiré en su mente."

Después añade: "Y nunca más me acordaré de sus pecados y maldades."

Y cuando éstos han sido perdonados, ya no hace falta otro sacrificio por el pecado.

Así que, hermanos, mediante la sangre de Jesús, tenemos plena libertad para entrar en el Lugar Santísimo, por el camino nuevo y vivo que él nos ha abierto a través de la cortina, es decir, a través de su cuerpo; y tenemos además un gran sacerdote al frente de la familia de Dios.

Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura. Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa. Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras.

No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.

Si después de recibir el conocimiento de la verdad pecamos obstinadamente, ya no hay sacrificio por los pecados. Sólo queda una terrible expectativa de juicio, el fuego ardiente que ha de devorar a los enemigos de Dios. Cualquiera que rechazaba la ley de Moisés moría irremediablemente por el testimonio de dos o tres testigos. ¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merece el que ha pisoteado al Hijo de Dios, que ha profanado la sangre del pacto por la cual había sido santificado, y que ha insultado al Espíritu de la gracia?

Pues conocemos al que dijo: "Mía es la venganza; yo pagaré"; y también: "El Señor juzgará a su pueblo."
¡Terrible cosa es caer en las manos del Dios vivo!

Recuerden aquellos días pasados cuando ustedes, después de haber sido iluminados, sostuvieron una dura lucha y soportaron mucho sufrimiento. Unas veces se vieron expuestos públicamente al insulto y a la persecución; otras veces se solidarizaron con los que eran tratados de igual manera. También se compadecieron de los encarcelados, y cuando a ustedes les confiscaron sus bienes, lo aceptaron con alegría, conscientes de que tenían un patrimonio mejor y más permanente. Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada.

Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." 

Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida.


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Jesús es el Mesías, el Cristo

Mesías significa = 'ungido' en Hebreo
Cristo significa = 'Salvador' in Griego

El Mesías es el Ungido (escogido, señalado por Dios) - El que viene a salvar.

El modo de verificar que Jesús es el verdadero Mesías, es buscando en la Biblia las promesas hechas por Dios acerca del Mesías y comprobando como se cumplen una a una en la vida de Jesús.

Las promesas de Dios acerca del Mesías fueron escritas miles y cientos de años antes del nacimiento de Jesús. Éstas promesas son las llamadas PROFECÍAS MESIÁNICAS.

En las Profecías Mesiánicas del Antiguo Testamento, Dios ciertamente describe un domicilio en la historia con acontecimientos que solamente podrían ser realizados por el único y verdadero Mesías.

Lucas 24:44 (Jesús habla)

Cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.

Las Profecías Mesiánicas se cumplieron todas, con precisión absoluta, en un solo personaje: Jesucristo

¿ Sería coincidencia... ?

Sería quizás posible encontrar una o dos de éstas profecías cumplidas en otros hombres, pero NO TODAS. Usando un método de análisis matemático basado en sólidos principios de las leyes de probabilidad, el Profesor P.W.Stoner sugiere que la probabilidad de que un solo hombre, durante un solo período histórico, pudiese cumplir solamente OCHO de las profecías, está en razón de 1 en 1017 (¡UNA probabilidad en DIEZ elevado a la potencia de diecisiete!)
En otras palabras: 1 en 100,000,000,000,000,000

Hay más de 300 Profecías Mesiánicas que se cumplen en la persona de Jesucristo. Mediante las Escrituras, es Dios quién nos ha facilitado la manera de constatar que Jesús es el verdadero Mesías.

>> presiona aquí

para ver la evidencia del cumplimiento de las Profecías Mesiánicas en Jesucristo. Mas de trescientas están listadas por categorías.

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Jesús es mas .... muchísimo mas

Juan 6:35
«Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed.»

Juan 8:12
Una vez más Jesús se dirigió a la gente, y les dijo: “ Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”

Juan 10:7
Por eso volvió a decirles: “Ciertamente les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.”

Juan 10:9
«Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos.»

Juan 10:11
«Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.»

Juan 10:14
«Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí,»

Juan 11:25
“..Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera;”

Juan 14:6
«Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.»

Juan 15:1
«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.»

Juan 15:5
«Yo soy la vid y ustedes son las ramas.
El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.»

Apocalipsis 1:8
«Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios—, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.»

Apocalipsis 1:17
«Al verlo, caí a sus pies como muerto; pero él, poniendo su mano derecha sobre mí, me dijo: "No tengas miedo. Yo soy el Primero y el Último,..»

Apocalipsis 1:18
«...y el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del infierno.»

Apocalipsis 21:6
También me dijo: “Ya todo está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed le daré a beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida.”

Apocalipsis 22:13
«Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin.»

Apocalipsis 22:16
«Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para darles a ustedes testimonio de estas cosas que conciernen a las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David, la brillante estrella de la mañana.»


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